Lo que quiere una loca
Los peludos
Toda mi vida he vivido con perros. Cuando tenía 3 añitos mi familia vivía en un chalet y teníamos cinco, ni más ni menos y un gato que recuerdo que era un granuja, por desgracia todos ellos ya no están. A pesar de que siempre he tenido muchos animales, siempre había querido un labrador. Es una raza que me tiene enamorada, además a mi me encanta enseñar a los perros por eso siempre había querido uno, por su capacidad para aprender, aunque con los años me he dado cuenta que todas las razas pueden ser muy listas.
En 2013, debido las circunstancias, mis padres, mi hermana y yo estamos viviendo en casa de mi abuela materna A mi me encantaba porque vivíamos toda la familia, mis tíos y tías, mi abuela, mi prima… El caso, es que mi época del colegio no fue muy dulce y en esos momentos yo me sentía muy sola y siempre le pedía a mis padres un perrito al que educar, pero claro, no era una cosa fácil y menos coger un labrador con todos los que éramos en casa. Era una locura, pero en Reyes de 2014 tuve una gran sorpresa. Tocaron a la puerta y mis tíos comenzaron a gritar - ¡los reyes, los reyes!! - Al abrir la puerta mis padres entraron diciendo que se habían cruzado con los reyes, mi padre no llevaba nada pero mi madre sostenía algo no muy grande en sus brazos, cubierto con una toalla así para que no se viera nada. -¡Sorpresa! Un perrito por fin!!! Pero claro yo que hasta soñaba con mi labrador, destape la toalla y me encontré a un perrillo así feillo, con un lazo rojo en el collar como en las películas. Mi cara según mi familia fue un show. Era un yorkshire chiquitín que resultó ser el último de su camada. A mi me pareció feillo pero eso daba igual y en cuanto lo mire bien, sabía que lo iba a cuidar para siempre. Golfo, así lo llame porque de bebé se parecía mucho a Golfo de la Bella y el Vagabundo que era una de mis películas favoritas. Desde los 11 años. Hasta ahora Golfo ha sido mi psicólogo, mi amigo, mi vía de escape, no sé qué hubiese hecho sin él. Golfo se crío con Tina, una Pastora alemán con la que, también crecí yo desde bebé pero en 2016 se fue a un lugar mejor.
Como ya no vivíamos en casa de mi abuela, mis padres trabajaban, nosotras íbamos al colegio y Tina ya no estaba, Golfo se quedaba muy solo algunas veces. En 2021 decidimos coger otro perro para mi hermana, y así también Golfo no estaría solo y se harían compañía mutuamente.
Adoptamos a Ares un mestizo que lleva de todo, Border Collie, Labrador, Pastor Australiano… Yo digo que parece una hiena pero estoy enamorada de él. Además me encanta que mi hermana escogería ese nombre porque es del Dios de la guerra en la mitología griega. Me gusta mucho la Cultura Clásica, pero eso ya es otro tema
Desde entonces los dos son inseparables, Golfo tiene demasiada dependencia de Ares y de mi madre y cuando se van los dos, el sinvergüenza monta unos dramas aullando 🫠.
He aprendido de la vida perruna, que hay que ser más perro. Hay que disfrutar de los pequeños detalles, de un abrazo, un pequeño paseo por el monte, una siesta en el campo al sol, de la hierba fresca en los pies por la mañana, a parar cuando el cuerpo lo necesita, pero sobre todo vivir el presente y dar amor a los que más quieres, porque la vida es demasiado corta y ellos sí que saben aprovecharla.